La importancia del equipo: cuando el “nosotros” vale más que el “yo”
- Cali Bustos

- 9 jul
- 2 Min. de lectura

En el mundo del marketing, la publicidad y, honestamente, en cualquier industria creativa o estratégica, no hay éxito sin equipo. Así de simple. Las buenas ideas pueden nacer en una mente brillante, pero necesitan de otras mentes y corazones comprometidos para crecer, pulirse y transformarse en algo verdaderamente potente.
Y aquí va la primera gran verdad (y que no deja de repetirse en mi cabeza): hacer equipo no es lo mismo que trabajar con otras personas. Porque hacer equipo implica algo más profundo. Es construir vínculos de confianza, es mirar más allá de tu rol, y entender que los logros, las crisis y las decisiones se viven en plural.
Hacer equipo es crear pertenencia
A lo largo de mi experiencia en la agencia, en salas de clases y en proyectos de branding o campañas, he visto cómo cambia la energía cuando alguien se siente parte de algo. Cuando a esa persona no solo se le asigna una tarea, sino que se le invita a formar parte de una visión compartida... uf!
Y eso es clave: no se trata de mandar tareas y esperar resultados. Se trata de compartir la historia que estamos escribiendo entre todas y todos. ¿Qué estamos creando? ¿Para quién? ¿Con qué impacto? Cuando cada integrante del equipo entiende su rol dentro del todo, se empodera (yes, bitch). Se conecta emocionalmente. Y lo que logra esa conexión es mucho más potente que cualquier KPI.
El trabajo en equipo no es automático: se cultiva
Sí, trabajar en equipo es una habilidad. Y como toda habilidad, se aprende, se entrena y se mejora con práctica, paciencia y propósito. No se trata solo de “llevarse bien”, sino de saber colaborar, escuchar, complementar visiones, sostener conversaciones incómodas y celebrar logros de manera colectiva.
Desde el marketing, incluso podemos pensarlo como una estrategia de marca interna: ¿qué historia queremos que vivan nuestros colaboradores? ¿Qué cultura estamos construyendo desde nuestras formas de trabajar? ¿Estamos reforzando valores como el respeto, la empatía y la solidaridad en nuestro día a día?
Trabajar para el beneficio de todos, no solo del proyecto
En muchos espacios laborales, el foco está 100% en la tarea, en la entrega, en la meta. Y claro, los resultados son importantes. Pero los equipos que prosperan a largo plazo no son los que solo piensan en el “entregable”, sino los que se preocupan también de cómo se sienten las personas que lo están construyendo.
¿Nos estamos cuidando entre nosotros? ¿Nos estamos dando feedback constructivo? ¿Nos estamos reconociendo, incluso por los pequeños gestos? ¿No estamos pasando a llevar el rol de los otros?
Un equipo saludable trabaja con más ganas, más fluidez y más creatividad. Y eso se nota en los resultados.
Entonces...
Hacer equipo no es solo trabajar juntos. Es creer en el poder del colectivo, actuar con generosidad profesional y emocional, y construir espacios donde cada persona sienta que su aporte importa.
Si lideras, escucha más. Si participas, involúcrate de verdad.Y si estás formando nuevos equipos, enseña con el ejemplo. Porque en el fondo, no hay mejor campaña ni proyecto que aquella donde todos se sienten protagonistas.
Un sabio Bob Esponja también está de acuerdo con esto:
