Volver a ser alumna (¡y online!) – Tips para no perder la cabeza ni la conexión en clases virtuales
- Cali Bustos
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura

Volví a ser alumna.
Y no sé si reír, llorar... o ponerme a tomar apuntes a lo loco, como si estuviera en primer año otra vez.
Lo cierto es que estudiar online es todo un universo. Uno lleno de tentaciones: el celular, el mail, la lavadora que mágicamente empieza a sonar justo cuando la profe dice "esto es importante", y ni hablar del clásico "me meto a clase mientras ordeno" que termina siendo una excursión al clóset con audífonos puestos.
Ahora que estoy sentada del otro lado, bien en los zapatos de mis estudiantes (y entendiendo cada "cara de póker" cuando explico algo complejo), quiero compartir algunos tips que me están salvando la concentración y, de paso, devolviendo un poco de cordura a esta nueva vida de alumna digital.
1. Crea tu ritual de entrada
Antes de conectarte, haz algo que le avise a tu cerebro que "vamos a clase". Puede ser prepararte un café, ponerte audífonos o simplemente cerrar otras ventanas en tu compu. Así como no entras a una sala de clases dormida, tampoco entres a Zoom sin sintonizarte primero.
2. Aleja los distractores (o al menos haz un pacto con ellos)
El celular: ese bello enemigo. Ponlo en "no molestar", déjalo en otra habitación o usa apps que bloquean notificaciones mientras estudias. Si trabajas desde la compu, cierra pestañas que no tengan que ver con la clase (sí, Instagram y Aliexpress, les hablo a ustedes).
3. Toma apuntes a la antigua
Aunque estés frente al computador, tener un cuaderno a mano y escribir a mano puede ayudarte muchísimo a mantenerte atenta. Escribir activa otras áreas del cerebro y te obliga a seguir el hilo. Plus: luego tendrás tus propios apuntes con tu estilo.
4. Usa la técnica Pomodoro (versión online-friendly)
Si sabes que estarás 90 minutos en una clase, divídela mentalmente en bloques de 25-30 minutos de atención y luego haz micro-pausas. No necesitas pararte, pero sí puedes estirarte, mirar por la ventana, respirar profundo. Dale a tu cerebro una mini recarga sin desconectarte.
5. Pon la cámara (sí, aunque no te guste)
Mirarte en la camarita no es narcisismo, ¡es responsabilidad social! Te recuerda que estás en un entorno compartido y eso motiva a estar más presente. Además, es una forma sutil de decir: "estoy aquí, comprometida".
6. Participa (aunque sea con emojis o en el chat)
Hablar o escribir durante la clase te conecta. Y si algo no entendiste, ¡pregunta! Créeme, alguien más también se quedó pensando "¿qué dijo?". Y si la profe soy yo, ¡dímelo sin miedo! Yo también estoy haciendo malabares con el micrófono y la presentación.
Estudiar online es una habilidad que se aprende. Y como toda habilidad, se entrena, se ajusta, se mejora. Hoy, más que nunca, empatizo con mis estudiantes. Estoy viviendo en carne propia esa mezcla de frustración y logros silenciosos, de "no entiendo nada" a "¡me salió!".
Así que si estás del otro lado de la pantalla, cansada, desmotivada o con ganas de cerrar todo y meterte en la cama… respira, recuerda tu propósito y dale una nueva oportunidad a ese Zoom.
Nos seguimos leyendo,
Cali.